Espero que esta carta les encuentre bien, aunque sé que mi tono no será el más amable debido a las circunstancias que quiero expresar. Me siento en la obligación de escribirles debido a la serie de situaciones que nos han estado afectando y que, de alguna manera, también nos involucran a ustedes.
Desde hace varias semanas, nos hemos encontrado en una situación económica muy difícil. Mi marido perdió su trabajo en la fábrica donde trabajaba, y aunque hemos intentado buscar alternativas y hacer malabares con lo poco que tenemos, la situación no mejora. El estrés de no saber cómo llegaremos a fin de mes es agobiante. La falta de ingresos está afectando no solo nuestra estabilidad financiera, sino también nuestra paz mental y emocional.
Lo que me trae a escribirles es una preocupación creciente que ya no puedo ignorar. He notado en las últimas semanas una creciente incomodidad y falta de comprensión de parte de algunos de ustedes respecto a la situación en la que nos encontramos. Entiendo que todos tenemos nuestras dificultades y responsabilidades, pero me duele ver que algunos han sido rápidos para juzgar sin intentar comprender lo que estamos viviendo. La presión por cumplir con las expectativas de los demás, como si todo fuera normal, cuando en realidad estamos al borde de la desesperación, es simplemente insoportable.
No busco compasión, ni mucho menos que se tomen las cosas como una excusa. Solo pido comprensión, un poco de empatía, y tal vez el simple respeto de no añadir más peso a nuestras preocupaciones con comentarios innecesarios o actitudes que solo aumentan el malestar.
Sé que esta situación es difícil para todos, pero quiero que sepan que estamos haciendo todo lo posible para salir adelante. No es fácil y, sinceramente, ya no sabemos por dónde empezar a encontrar la solución, pero la lucha no termina aquí.
Les agradezco que, en lo que puedan, nos den un poco de espacio para poder recomponer nuestra situación sin tener que cargar con más presiones. Ojalá, en este momento, la comunidad pueda ser un soporte más que una fuente de angustia.

