Hoy escribo con una mezcla de bronca, impotencia y cansancio. No llego a fin de mes. Otra vez.
La plata se va como agua entre los dedos: pago la tarjeta, el alquiler, los servicios, el supermercado... y cuando quiero darme cuenta, ya no queda nada. Y todavía falta más de una semana para cobrar.
Estoy harta de vivir así, contando cada peso, pensando si puedo comprarme un gusto o si tengo que dejarlo pasar. Ni hablar de ahorrar, eso ya parece un chiste. Me mato trabajando, cumpliendo, haciendo todo bien, y aun así la cuenta no da.
La tarjeta me tiene ahogada. Cada mes pago el mínimo y los intereses me comen viva. El alquiler sube, los precios cambian cada semana y yo me siento corriendo atrás de algo que nunca alcanzo.
No sé cuánto más se puede aguantar esta situación. No quiero vivir con esta angustia constante de mirar el calendario y calcular si llego o no llego. Siento rabia, frustración, y sobre todo, mucha tristeza.
Ojalá esto cambie. Ojalá llegue el día en que trabajar alcance para vivir dignamente, sin sentir que cada fin de mes es una batalla perdida.
Con bronca,
Carolina
