El Dato Económico: La Caída del Poder Adquisitivo de la Clase Media en Argentina: De Diciembre 2023 a Noviembre 2025
La clase media argentina ha experimentado una pérdida significativa de poder adquisitivo entre diciembre de 2023 y noviembre de 2025, un período marcado por la alta inflación, ajustes económicos y políticas gubernamentales que han generado un impacto directo sobre los salarios y la capacidad de consumo de este sector clave de la sociedad. A lo largo de estos dos años, los hogares de clase media han enfrentado desafíos crecientes para mantener su calidad de vida, afectando su acceso a bienes y servicios esenciales.
La inflación como principal causante
Desde diciembre de 2023, la inflación en Argentina ha superado los niveles proyectados por el gobierno, con un incremento anual que ha rondado el 150% en 2024 y se ha mantenido en niveles elevados durante 2025. Si bien la economía argentina ha sido históricamente inflacionaria, el aumento descontrolado de los precios de alimentos, servicios y alquileres ha afectado gravemente el poder adquisitivo de los trabajadores de clase media, quienes no han logrado obtener ajustes salariales acordes a la escalada de los precios.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el salario promedio en el sector privado en términos reales (descontada la inflación) ha caído en un 30% en este período. Aunque algunos sectores profesionales han logrado incrementar sus salarios, muchos trabajadores del sector público, comercio y pequeñas empresas han sufrido fuertes caídas en su capacidad de compra.
Impacto en el consumo
El consumo de productos básicos ha sido el más afectado. Los hogares de clase media han reducido drásticamente su gasto en alimentos, con un impacto directo en la calidad nutricional de las dietas. En muchos casos, familias de clase media se han visto obligadas a buscar alternativas más económicas y menos saludables para poder alimentarse, lo que ha generado un nuevo fenómeno de inseguridad alimentaria que afecta a sectores que, anteriormente, no sufrían este tipo de carencias.
El acceso a bienes durables también ha disminuido. La compra de electrodomésticos, muebles o vehículos ha caído un 40% respecto a 2023, ya que las familias no pueden afrontar los altos costos de financiación y la incertidumbre económica que rodea a la inflación y la devaluación de la moneda.
Aumento de la desigualdad
El impacto del deterioro del poder adquisitivo no ha sido homogéneo. Si bien toda la clase media ha sido afectada, los sectores de ingresos más bajos han sufrido aún más, mientras que los grupos de mayores ingresos han logrado sortear mejor la crisis debido a su capacidad de ahorro en divisas extranjeras y a una menor exposición a los incrementos de precios. Esto ha profundizado la desigualdad económica en el país, con una brecha creciente entre los más ricos y los sectores populares.
En las grandes ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Rosario, muchos hogares de clase media han tenido que ajustar su estilo de vida de manera drástica, tomando decisiones como mudarse a barrios más periféricos o vender propiedades. El mercado inmobiliario, que había mostrado señales de recuperación a principios de 2024, ha caído en ventas y precios debido a la falta de demanda de la clase media.
La transición política y su impacto
Durante este período, Argentina vivió un cambio de gobierno con la llegada de una nueva administración en diciembre de 2023. A pesar de las promesas de estabilización económica, las políticas implementadas por el nuevo gobierno no lograron frenar la inflación y las medidas de ajuste fiscal aumentaron la presión sobre los hogares de clase media. La liberalización de tarifas de servicios públicos y la eliminación de subsidios, si bien favorecieron a sectores de mayores ingresos, representaron un golpe duro para las familias de clase media, que tuvieron que pagar un aumento en los costos de luz, gas, transporte y agua.
El proceso de devaluación del peso, que fue necesario para paliar la fuga de capitales y los altos niveles de deuda externa, provocó una escalada en los precios de importación, lo que afectó directamente a los productos que la clase media consume de manera cotidiana. Esto sumó incertidumbre sobre el futuro económico, con expectativas de más ajustes que se traducirían en mayores dificultades para sostener el nivel de vida.
Respuestas de la clase media
Frente a esta situación, los hogares de clase media se vieron obligados a recurrir a diversas estrategias para enfrentar la crisis. Muchos recurrieron a una mayor informalidad laboral, en un intento por generar ingresos adicionales o ajustarse a trabajos menos remunerados pero más accesibles. Otros apostaron por el ahorro en dólares, como mecanismo de protección frente a la devaluación del peso, generando una mayor dolarización de la economía a nivel microeconómico.
Sin embargo, la incertidumbre económica y la falta de un horizonte claro han generado un creciente sentimiento de frustración y desconfianza en las instituciones. La clase media, históricamente considerada el motor de la economía argentina, hoy enfrenta el desafío de cómo sobrevivir en un contexto económico cada vez más complejo.
Conclusiones:
El período comprendido entre diciembre de 2023 y noviembre de 2025 ha sido uno de los más difíciles para la clase media argentina en las últimas décadas. La pérdida de poder adquisitivo, el aumento de la inflación y la creciente desigualdad han dejado una huella profunda en este sector de la sociedad. Las políticas económicas del gobierno, si bien han intentado estabilizar la situación macroeconómica, no han sido suficientes para frenar la caída del nivel de vida de las familias de clase media.
Con un futuro económico incierto, la clase media argentina se enfrenta a un desafío aún mayor: encontrar formas de adaptarse a un panorama de inflación persistente, cambios en el empleo y una economía que sigue siendo vulnerable a crisis externas e internas. Lo que está en juego no solo es la estabilidad económica de este sector, sino también su rol como pilar de la cohesión social en el país.