Argentina atraviesa un momento de tensiones sociales crecientes, donde múltiples sectores estatales y privados se están movilizando reclamando mejoras salariales, condiciones de trabajo dignas, financiamiento justo y respeto institucional. A continuación, un panorama de tres focos de protesta que reflejan distintos escenarios, pero que confluyen en una misma preocupación: la erosión del poder adquisitivo, la precarización laboral y la urgencia de respuestas estructurales.
Garrahan: salud pública en crisis
Desde hace varios meses, los residentes, médicos, técnicos y profesionales del Hospital Garrahan (uno de los centros pediátricos más importantes de Argentina) llevan adelante movilizaciones reclamando por:
- Recomposición salarial que compense la inflación, pues los salarios actuales los ubican por debajo de la línea de pobreza.
- Mejoras presupuestarias para evitar el vaciamiento institucional: denuncian congelamientos presupuestales, falta de concursos para cubrir bajas o renuncias, sobrecarga horaria.
- Acciones realizadas incluyen marchas de velas en el Obelisco, protestas hacia Plaza de Mayo, asambleas generales del hospital, paros y clases públicas en solidaridad con la educación pública.
Respuesta del gobierno / autoridades:
- Se han hecho propuestas parciales (bonos no remunerativos, algunos adelantos salariales) que los trabajadores califican como insuficientes e excluyentes de la mayoría del personal.
- Se declaró la conciliación obligatoria, aunque con demoras o falta de audiencias formales.
Vassalli: industria sembrada de incertidumbres
La fábrica Vassalli en Firmat, Santa Fe, histórica productora de cosechadoras, es otro epicentro de conflicto:
- Los trabajadores denuncian salarios adeudados (meses de atraso), aguinaldos pendientes y retroactivos que no se cumplen.
- Las protestas incluyen cortes de rutas frente a la planta, movilizaciones públicas, cubiertas quemadas, asambleas gremiales.
Detalles del conflicto:
- La empresa cambió de propietarios en 2024: Eduardo Marsó adquirió la fábrica. Se esperaban mejoras y recuperación de producción, pero los problemas salariales se agudizaron.
- Los trabajadores reclaman que la empresa cumpla con lo que prometió, pero hasta ahora las soluciones han sido parciales o insuficientes.
Judiciales: salarios, presupuestos y reconocimiento
El gremio de los trabajadores judiciales también se ha movilizado en varias provincias, con reclamos similares:
- Exigen recomposición salarial debido a que los aumentos no han alcanzado para compensar la inflación.
- Denuncian recortes en los presupuestos del Poder Judicial que afectan condiciones laborales, sobrecargos de trabajo, atrasos, y falta de cumplimiento de acuerdos salariales anteriores.
Acciones realizadas:
- Marchas provinciales, movilizaciones frente a tribunales y cortes de actividades de 24 a 36 horas.
- En Catamarca, el gremio judicial marchó frente a la Corte de Justicia provincial en marzo reclamando actualización salarial.
Convergencia de malestares
Aunque los conflictos parecen de ámbitos distintos (salud, industria, rama judicial), hay varios elementos en común:
- Desigualdad entre expectativas / promesas oficiales y realidad de los trabajadores. En cada sector hay compromisos incumplidos, promesas que no se traducen en hechos, o medidas parciales que evitan cambios estructurales.
- Inflación y pérdida del poder adquisitivo como eje vertebrador del malestar. Los salarios no ajustan al ritmo de los precios, lo que exacerba la precariedad.
- Precarización laboral y ausencias institucionales (como concursos, estabilidad, financiamiento adecuado) que generan rotación, renuncias, desmotivación.
- Resistencia articulada: los trabajadores no solo protestan en sus propios espacios, sino que se suman protestas más amplias (la comunidad, gremios nacionales, organizaciones sociales). En el caso del Garrahan, estudiantes y defensores de la salud pública también solidarizan; en el caso de judiciales, movilización provincial con acompañamiento de federaciones nacionales; en Vassalli, movilización local.
- Demandas estructurales más allá de lo salarial: financiamiento institucional, leyes que blinden presupuestos, atención al rol social de cada actividad, condiciones laborales dignas que incluyan derechos básicos (aguinaldo, retroactivos).
Desafíos y tensiones políticas
- El gobierno arguye limitaciones fiscales, intenta ajustar presupuestos, implementar reformas en los regímenes de residencias médicas o becas, lo que genera rechazo porque muchos lo ven como recortes encubiertos o amenazas al funcionamiento normal de los servicios públicos.
- Existe una tensión entre mantener la prestación del servicio público (atención médica, justicia, producción industrial) y la capacidad real del Estado o empresa para responder sin caer en defaulteos, atrasos o cierres.
- Las protestas tienen un costo social y político: interrupción de servicios, desgaste institucional, desgaste del diálogo. Si no hay respuestas claras, el conflicto puede escalar.
Conclusión:
Argentina enfrenta una coyuntura en la que distintos sectores de la producción, la justicia y la salud manifiestan que ya no da para medidas aisladas. Las movilizaciones resaltan que los trabajadores exigen soluciones de fondo: ajuste salarial real, estabilidad, financiamiento garantizado, políticas públicas que reconozcan el rol social de salud, justicia y producción.
Mientras tanto, el modo en el que el Estado responda —si con ofertas parciales, con diálogo efectivo, con leyes estructurales o con mayor represión o indiferencia— podría definir si estos conflictos se calman o estallan en mayores protestas.
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| Con Maximiliano Spada |
