Capítulo 4: El Precio del Juego
Un mes después, las consecuencias se hicieron más visibles. Franco había comenzado a faltar a la escuela con mayor frecuencia. Maxi, aunque parecía estar bien, ya no era el mismo. La relación entre ellos había cambiado, aunque no sabían cómo hablar sobre ello.
— Lo que está pasando con Franco no me gusta. Ya no es el mismo —dijo Ezequiel, preocupado.
Maxi, mirando al suelo, asintió.
— Yo también lo noto. A veces creo que ya no sé si estamos haciendo lo correcto. Pero si lo dejo todo de lado, ¿qué voy a hacer?
Nacho los observó en silencio, y finalmente habló.
— El precio de buscar la diversión y la aceptación no siempre vale la pena. A veces, no vemos lo que hay detrás, las cosas que realmente estamos perdiendo.
Fue en ese momento que los chicos se dieron cuenta de que la adolescencia, con todos sus impulsos y deseos de experimentar, también traía consigo la responsabilidad de saber cuándo detenerse. No todo lo que parecía atractivo era seguro, ni todo lo que los demás hacían era lo mejor para ellos.
Maxi, que había sido el primero en entrar en el juego, ahora entendía que había algo más grande que la "libertad" que buscaba: su amistad y el respeto por sí mismo. Decidió hablar con Franco, quien finalmente aceptó que quizás estaba tomando el camino equivocado.
El grupo, aunque marcado por sus diferencias, había encontrado una nueva forma de entenderse: a veces, ser valiente no significaba seguir a los demás, sino tomar las riendas de su propia vida, con sus propias decisiones.
La Fuerza de la Amistad:
Años después, cuando ya no eran adolescentes y los caminos de la vida los habían llevado a diferentes lugares, Maxi, Ezequiel, Franco y Nacho se encontraron una vez más en la misma cancha de fútbol donde todo había comenzado. Esta vez, las charlas no giraban en torno a las tentaciones de la juventud, sino sobre las lecciones que habían aprendido. Y, al final, el mayor valor de todos era saber que, a pesar de todo, la verdadera libertad estaba en elegir ser uno mismo, sin caer en lo que otros esperaban.
La amistad, pensaron, era lo único que verdaderamente resistía la prueba del tiempo.
Comentarios
Publicar un comentario