A Cristina la criticaban por todo. Por el color del saco, por cómo hablaba, por el anillo que usaba. Si respiraba fuerte, también se lo cuestionaban. Se escandalizaban por pavadas mientras se construían universidades, fábricas, hospitales, trabajo, ciencia, tecnología y derechos.
Hoy, este tipo te está entregando el país. Literalmente. Lo está rematando. Y están todos dormidos. Callados. Como si no pasara nada.
¿Dónde están los que decían amar la patria? ¿Dónde están los defensores de la república? ¿Los que lloraban por la "institucionalidad"? ¿Los que exigían transparencia? ¿Ahora no les molesta ver a los fondos buitres sentados en la mesa del poder? ¿No les duele que se venda el futuro de sus hijos al mejor postor?
Esto no se trata de partidos ni de nombres. Se trata de dignidad. De soberanía. De futuro.
Despierten. Este modelo es para unos pocos, y vos no estás invitado.
Despierten. Y vayan a votar.
Porque cuando querramos reaccionar, ya no va a quedar nada por defender.