Editorial Periodístico: Argentina enfrenta una creciente tensión social en medio de ajustes económicos
Argentina atraviesa un momento de alta tensión social como consecuencia directa de las políticas de ajuste impulsadas por el Gobierno Nacional, que buscan reducir el déficit fiscal en un contexto de crisis económica prolongada.
Desde principios de año, se han registrado recortes significativos en áreas como salud, educación y programas sociales, lo que ha generado un impacto inmediato en los sectores más vulnerables. Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, el índice de pobreza alcanzó el 55%, mientras que la indigencia superó el 15%. A esto se suma un aumento sostenido del desempleo y una inflación que, aunque ha mostrado una leve desaceleración, aún supera el 140% interanual.
En las últimas semanas, se multiplicaron las protestas en distintos puntos del país. Movimientos sociales, sindicatos y organizaciones de derechos humanos han salido a las calles para rechazar los despidos en el sector público, la eliminación de subsidios y la paralización de obras públicas. “Nos quieren hacer pagar la crisis a los trabajadores”, expresó Juan Carlos Alderete, referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), durante una manifestación frente al Congreso Nacional.
El Gobierno, por su parte, defiende las medidas como necesarias para “ordenar las cuentas públicas” y retomar el camino del crecimiento. “Sabemos que el ajuste duele, pero era inevitable después de años de desmanejo fiscal”, declaró el ministro de Economía en una reciente conferencia de prensa.
Sin embargo, analistas advierten que, sin una contención social efectiva, el malestar podría derivar en una crisis mayor. “La sostenibilidad de cualquier programa económico depende también de la paz social. Si se profundiza la desigualdad, el escenario se volverá cada vez más inestable”, sostuvo la socióloga Mariela Duhalde, investigadora del CONICET.
Con un panorama incierto, y sin señales claras de diálogo entre el Ejecutivo y los sectores sociales más afectados, el país enfrenta uno de sus momentos más delicados desde la crisis de 2001. El desafío, dicen los expertos, será encontrar un equilibrio entre el ajuste fiscal y la protección de los derechos básicos de la población.