En una sorpresiva contradicción respecto a versiones previas que circulaban en medios nacionales, el gobierno de los Estados Unidos confirmó oficialmente que no otorgará un préstamo financiero al gobierno argentino, desmintiendo así rumores que indicaban negociaciones avanzadas en ese sentido.
La información fue confirmada por un vocero del Departamento del Tesoro estadounidense, quien aseguró que “no existen conversaciones formales ni planes para extender un préstamo bilateral a la Argentina”, en referencia a reportes que daban por hecho un eventual respaldo financiero directo desde Washington a la administración de Javier Milei.
La noticia genera un fuerte impacto político y económico, ya que en días recientes varios funcionarios argentinos, e incluso algunos analistas, habían insinuado la posibilidad de recibir un financiamiento especial por parte del gobierno norteamericano, como parte de un supuesto “respaldo estratégico” al plan de estabilización económica que lleva adelante el Ejecutivo.
Desde el Ministerio de Economía argentino aún no hubo una respuesta oficial a la desmentida, aunque fuentes cercanas al Palacio de Hacienda admitieron que “la expectativa era sobre un eventual apoyo multilateral en organismos donde Estados Unidos tiene peso, como el FMI, pero no un préstamo directo”.
La contradicción genera nuevas dudas en los mercados, que habían reaccionado positivamente ante la expectativa de un salvavidas financiero. Tras conocerse la noticia, el riesgo país mostró una leve suba y el dólar paralelo registró una nueva alza en la city porteña.
Expertos en relaciones internacionales destacan que si bien Estados Unidos mantiene una postura favorable al rumbo económico del actual gobierno argentino, esto no necesariamente implica asistencia financiera directa. “Hay una diferencia entre apoyo político y desembolsos concretos”, explicó un exembajador argentino en Washington.
La noticia también llega en un momento clave, con el gobierno argentino buscando cerrar nuevos acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y acelerar el ingreso de inversiones extranjeras, en medio de una recesión prolongada y un fuerte ajuste fiscal.