Campaña del Miedo: La Estrategia de la Derecha Argentina para Desmovilizar a la Sociedad

En los últimos meses, la narrativa política en Argentina ha estado marcada por un fenómeno recurrente en momentos de alta tensión social y económica: la instalación de una campaña del miedo. Desde sectores de la derecha, tanto desde el oficialismo como desde medios afines y referentes empresariales, se viene desplegando un discurso orientado a atemorizar a la ciudadanía, deslegitimar la protesta social y justificar políticas de ajuste.

Miedo como método de control

La estrategia no es nueva. Apelar al miedo ha sido históricamente un recurso utilizado por sectores conservadores para disciplinar a la sociedad. Lo novedoso es la intensidad y el alcance de la campaña actual, amplificada por redes sociales, medios tradicionales y voceros del gobierno de Javier Milei, que buscan presentar cualquier forma de disidencia como una amenaza al orden, al progreso o incluso a la "libertad".

En discursos recientes, figuras del oficialismo han asociado las movilizaciones estudiantiles, los paros sindicales y las manifestaciones en defensa de derechos laborales con intentos de "golpes institucionales", "mafias", o incluso "terrorismo interno". Esta narrativa busca generar **temor entre la población** para desincentivar la participación política activa, especialmente entre jóvenes, trabajadores y sectores populares.

La criminalización de la protesta

Uno de los pilares centrales de esta campaña es la **criminalización de la protesta social**. A través de reformas legislativas propuestas o ya implementadas, se ha intentado limitar el derecho a manifestarse, endureciendo penas y habilitando mecanismos de represión policial bajo la excusa de mantener el "orden público".

Organismos de derechos humanos y entidades como el CELS han alertado sobre el riesgo de que estas medidas deriven en un Estado que reprime en lugar de dialogar, y que **confunde seguridad con silencio social**.

Medios y "enemigos internos"

El rol de ciertos medios de comunicación también ha sido clave en la construcción de un relato donde se identifican **"enemigos internos"**. Universidades, sindicatos, movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos han sido blanco de ataques sistemáticos. Se los acusa de ser "parte de la casta", de tener "privilegios", o de querer desestabilizar al gobierno.

Al crear un clima de tensión permanente, la derecha intenta establecer un escenario de "ellos o nosotros", donde cualquier oposición es percibida como una amenaza y no como parte del debate democrático.

El riesgo de la deshumanización

Más allá de lo político, el uso sistemático del miedo tiene consecuencias profundas en el tejido social. Deshumanizar al otro, presentarlo como enemigo, justificar su silenciamiento o persecución, son pasos peligrosos que ya han tenido consecuencias nefastas en la historia argentina.

En un país con una memoria marcada por el terrorismo de Estado, la utilización del miedo como arma política no puede ser naturalizada. Resulta fundamental que la sociedad civil, los medios independientes y los espacios políticos democráticos resistan esta lógica y defiendan el derecho a disentir, protestar y construir alternativas.

Conclusión:

Frente a una campaña del miedo que busca inmovilizar, el desafío de la sociedad argentina es no retroceder en sus derechos conquistados. La democracia no se fortalece con silencio, sino con participación, disenso y debate. Nombrar el miedo es el primer paso para enfrentarlo.

MERCADO FINANCIERO INTERNACIONAL

Resumen del mercado