Especialistas advierten que las altas temperaturas serán más frecuentes e intensas, impulsadas por el cambio climático, con riesgos para la salud y desafíos para los servicios básicos.
En un panorama climático cada vez más desafiante, los pronósticos meteorológicos y los estudios científicos coinciden: Argentina podría atravesar, en lo que resta del año, olas de calor más intensas, prolongadas y frecuentes. La combinación de fenómenos meteorológicos regionales y el calentamiento global hacen que estas situaciones extremas pasen de ser episodios aislados a convertirse en parte del nuevo “normal térmico”.
🔥 Pronósticos: qué esperar
- El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) contempla que en casi todo el territorio argentino habrá una mayor probabilidad de temperaturas por encima de lo normal para los próximos meses.
- Por ejemplo, se prevé lo que podría ser la “última ola de calor” de la temporada, con máximas que podrían alcanzar los 41 °C en algunas zonas del interior del país.
- Actualmente, ya fue activada una alerta amarilla por altas temperaturas en la Ciudad de Buenos Aires y en al menos 13 provincias del país, con marcas estimadas de hasta 38 °C en zonas como La Rioja o Catamarca.
- En enero pasado, un anticiclón estacionario contribuyó a elevar las temperaturas en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y otras provincias, generando valores muy por encima de lo habitual para esa época del año.
🌡️ ¿Por qué serán más intensas las olas de calor?
1. Cambio climático como factor acelerador
Un estudio de atribución climática reveló que la reciente ola de calor del norte argentino fue aproximadamente 60 veces más probable debido al aumento de temperatura global relacionado con la actividad humana.
Además, esa ola fue estimada en 1,4 °C más cálida de lo que habría sido en un clima sin calentamiento antropogénico.
2. Fenómenos atmosféricos locales
La presencia de anticiclones estacionarios o un “domo” de calor puede bloquear la entrada de corrientes de aire fresco, favoreciendo acumulaciones de calor en capas bajas de la atmósfera.
Asimismo, la sequía, menor humedad y la radiación solar intensa actúan como factores multiplicadores del estrés térmico.
3. Desfase entre estaciones y extremos fuera de temporada
Las olas de calor ya no se limitan al verano pleno: cada vez es más común enfrentarlas en septiembre, octubre o incluso en finales de año.
⚠️ Riesgos para la salud y servicios
- Las olas de calor incrementan los casos de golpes de calor, deshidratación y exacerbación de enfermedades crónicas (cardíacas, respiratorias, renales).
- Grupos particularmente vulnerables: niños, personas mayores, embarazadas, pacientes crónicos y quienes trabajan al aire libre.
- En otras temporadas, las redes eléctricas han estado al límite por el consumo alto de energía (aires acondicionados, ventiladores), lo que en casos extremos ha provocado cortes y fallas en el suministro.
- El estrés térmico también afecta la calidad del sueño, la productividad laboral y puede agravar condiciones sociales de vulnerabilidad.
✅ Recomendaciones para enfrentar el calor
- Hidratación constante: no esperar a tener sed.
- Evitar exposición solar intensa, especialmente entre las 10 y las 16 h.
- Utilizar ropa ligera, de colores claros y sombrero o protección para la cabeza.
- Permanecer en ambientes ventilados o con sombra, usar ventiladores o aire acondicionado si es posible.
- Evitar actividad física intensa durante las horas más calurosas.
- Prestar especial atención a bebés, ancianos y personas con enfermedades previas.
✍️ Conclusión
El panorama climático sugiere que Argentina podría no librarse de olas de calor en lo que resta del año. Más allá de los registros puntuales, lo relevante es que estos eventos extremos están ganando persistencia y frecuencia, lo que obliga a fortalecer los sistemas de prevención, alertas y adaptación comunitaria. En un país diverso en climas y geografía, el desafío será coordinar respuestas eficientes a nivel nacional y regional, ante un riesgo que ya no puede seguir considerándose “excepcional”.