El fin de una era: la Revolución Libertadora derroca al gobierno de Perón

 En un hecho que marcará un antes y un después en la historia política argentina, las Fuerzas Armadas protagonizaron un levantamiento militar que culminó con la renuncia y posterior exilio del presidente Juan Domingo Perón. El movimiento, conocido como la Revolución Libertadora, puso fin a una década de gobierno peronista y abrió el camino hacia un nuevo escenario institucional en el país.

El golpe que se gestaba

Desde los primeros meses de 1955, el clima político se había tornado cada vez más tenso. Diversos sectores de la sociedad, incluyendo la Iglesia, parte de las Fuerzas Armadas y sectores opositores, manifestaban su descontento con el rumbo autoritario del gobierno de Perón, quien había asumido por segunda vez en 1952.

La represión a la oposición, la censura a la prensa, la persecución de líderes políticos y religiosos, y una economía en crisis fueron factores que contribuyeron al creciente malestar. El punto de quiebre se produjo el 16 de junio de 1955, cuando un intento fallido de golpe, conocido como el bombardeo a Plaza de Mayo, dejó cientos de muertos y profundizó la división nacional.

El derrocamiento

El 16 de septiembre de 1955, unidades militares se alzaron en varias provincias del país. La rebelión, liderada por el general Eduardo Lonardi, ganó rápidamente apoyo en distintas guarniciones y logró tomar control de puntos estratégicos. Tras varios días de tensión, el 19 de septiembre Perón presentó su renuncia y abandonó el país rumbo a Paraguay.

El 23 de septiembre, Lonardi asumió como presidente provisional bajo el lema: "Ni vencedores ni vencidos", buscando reconciliar a una sociedad profundamente polarizada. Sin embargo, su breve mandato fue reemplazado semanas después por el general Pedro Eugenio Aramburu, quien encabezó una política más dura contra el peronismo.

Consecuencias y legado

La Revolución Libertadora no solo derrocó a un gobierno, sino que marcó el inicio de una etapa de proscripción política. El Partido Peronista fue disuelto, sus símbolos prohibidos, y miles de militantes perseguidos. A su vez, se implementaron reformas en distintos ámbitos del Estado y se llamó a elecciones constituyentes.

Hoy, a 70 años de aquellos hechos, la Revolución Libertadora sigue generando debate: para algunos fue una gesta de liberación frente a un régimen autoritario, para otros, un quiebre institucional que abrió la puerta a décadas de inestabilidad.



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