Educar y Contener: La Escuela y los Clubes Barriales como Escudo contra el abandono del ESTADO.

En muchos barrios de nuestro país, la falta de oportunidades y el abandono estatal abren la puerta a una realidad peligrosa: el avance del narcotráfico y la delincuencia como únicas salidas aparentes para niños y adolescentes. En este contexto, la escuela y los clubes de barrio no solo cumplen un rol educativo o recreativo: son verdaderos escudos sociales que protegen a la infancia del reclutamiento por parte de bandas delictivas.

La Escuela: Más que un Aula, un Espacio de Futuro

La escuela no es solamente el lugar donde los chicos aprenden matemática, lengua o ciencias. Es un ámbito de contención, de afecto, de construcción de vínculos y valores. Para muchos niños, especialmente en contextos vulnerables, la escuela es el único lugar donde encuentran una comida segura, alguien que los escuche y una rutina que los aleja de las calles.

“Los chicos que están en la escuela no están en la esquina. Y eso ya es una enorme diferencia”, dice Mariana Suárez, docente en una escuela primaria del conurbano bonaerense. “A veces nos toca contener situaciones muy duras, pero el solo hecho de que estén acá les cambia la vida”.

Clubes de Barrio: El Deporte como Herramienta de Inclusión

En paralelo, los clubes barriales cumplen un rol fundamental. Canchas de fútbol, talleres de arte, clases de boxeo o actividades comunitarias se transforman en verdaderas trincheras contra el avance narco.

“En el club no solo juegan al fútbol: se forman como personas. Aprenden a trabajar en equipo, a respetar reglas, a esforzarse por algo”, cuenta Carlos Medina, presidente del Club Social y Deportivo San Martín, que recibe a más de 150 chicos cada semana. “Muchos vienen de hogares con mucha carencia, pero acá encuentran un lugar donde son valorados”.

El Riesgo del Abandono

Según datos de organizaciones sociales, el abandono escolar aumentó en los últimos años, especialmente en adolescentes varones de entre 13 y 17 años. Las causas son múltiples: necesidad de salir a trabajar, falta de motivación, violencia familiar, o simplemente la ausencia de oportunidades concretas.

Frente a esto, el narcotráfico se presenta como una salida rápida: dinero fácil, poder, y una aparente pertenencia. Pero el costo suele ser la libertad, la salud o incluso la vida.

“Los narcos no van a buscar a los chicos a la universidad. Van al barrio, a la esquina, donde hay pibes solos y sin rumbo”, advierte la trabajadora social Laura Rodríguez. “Por eso es urgente reforzar la educación pública y los espacios comunitarios”.

Políticas Públicas Urgentes

Los expertos coinciden: no se puede dejar esta tarea solo a los docentes y entrenadores. Es necesario un Estado presente que garantice recursos, becas, infraestructura y contención psicosocial. También es clave el trabajo articulado con organizaciones civiles y vecinos comprometidos.

Invertir en escuelas y clubes es invertir en futuro. No es caridad: es justicia social y prevención.

Porque donde hay educación, hay esperanza. Donde hay deporte, hay comunidad. Y donde hay comunidad, hay resistencia frente al crimen.



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