Yo, Lector: HOY HABLA EMILIANO

 



Me llamo Emiliano, nací y crecí en Firmat, y como muchos de ustedes, alguna vez soñé con una ciudad tranquila, trabajadora y llena de oportunidades. Hoy, sin embargo, escribo estas líneas con una mezcla de tristeza, bronca e impotencia.

Firmat está en estado de abandono. No lo digo con exageración ni con fines políticos: lo digo porque lo veo, lo vivo, lo sufro. Las calles están oscuras, los patrulleros no pasan, los robos son moneda corriente y la sensación de inseguridad se volvió parte de nuestra rutina. Nos da miedo volver tarde a casa, miedo dejar la bicicleta afuera, miedo hasta de salir a hacer las compras.

Como si eso fuera poco, las ratas andan como dueñas de la ciudad. Entran a las casas, a los negocios, a las escuelas. ¿Dónde está el control de plagas? ¿Dónde están las fumigaciones? ¿Dónde están los funcionarios que juraron cuidar nuestra salud y bienestar?

Y el humo... ese humo que parece envolverlo todo. A veces viene del basural, a veces de campos quemados, a veces no se sabe. Pero el aire que respiramos está contaminado. Las mañanas ya no huelen a pan recién horneado ni a pasto mojado. Huelen a plástico quemado, a descuido, a desidia.

No quiero esta ciudad para mis hijos. No quiero que normalicen la basura, el abandono ni el miedo. Firmat no merece esto. Somos una comunidad de trabajo, de cultura, de historia. ¿Qué nos pasó?

Por eso escribo. No para quejarme, sino para que despertemos. Para que exijamos respuestas. Para que dejemos de conformarnos con promesas vacías y volvamos a construir juntos una ciudad que se pueda habitar con dignidad.

Con todo el respeto y la firmeza que nos corresponde como ciudadanos: Firmat necesita soluciones urgentes. No dentro de seis meses, no en la próxima elección. Ahora.

Con esperanza, aunque con el corazón dolido,
Emiliano




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